Wednesday, January 17, 2007

BARBARELLA: A CUARENTA AÑOS Y UNOS MESES

POR ALEJANDRA ESPINO.
PUBLICADO EN INVASION NUM. 3
MEXICO D.F. SEPTIEMBRE 2002


Resident Evil, Tomb Raider, Alien..... estamos tan acostumbrados a la idea de la heroína increíblemente sexy que es capaz de enfentarse a quien sea y a lo que sea sin perder el estilo, que resulta interesante tomarse un momento, dejar un poco a un lado el frenesí hiperkinético de los efectos especiales de la animación post-Lucas, y hacer un poco de historia.

Hace mucho tiempo (tanto que no existían los videojuegos), un francés dio al mundo del cómic uno de los personajes más emblemáticos de los Swinging Sixties: la primera heroína erótica del mundo del sci-fi, la deliciosamente hipersexuada Barbarella, vio la luz en abril de 1962, gracias a Jean-Claude Forest, que escribía y dibujaba en una revista para intelectuales las aventuras de esta guerrera del espacio. Ella, además de ser la primera heroína galáctica de verdad, fue la protagonista de la primera historieta que, casi después de aparecer, se imprimió en formato serio, en pasta dura, para que los intelectuales no sintieran tanto remordimiento al comprara "monitos".

Los primeros ocho episodios son suficientes para mostrarnos todo lo que una mujer terrestre puede llegar a hacer (y a todos con los que puede hacerlo) en los diferentes territorios espaciales a los que tiene que llegar, generalmente por fallas de las naves en las que viaja. Estos desperfectos de mecánica espacial son de lo más oportunos para poner a nuestra heroína en contacto con nuevas situaciones y nuevos personajes con los que desplegará sus dotes de mujer sensual y a la vez de liberada guerrera independiente.

Visualmente, la composición de imágenes en la historieta de Barbarella sigue un esquema más o menos convencional: el diseño de página no muestra mayores complicaciones, pues se trata de la típica división de la página en rectángulos o cuadrados, que presentan las diferentes escenas de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, por lo que es sencillo seguir la historia. Solamente de vez en cuando se presentan cuadros de mayor tamaño para dar ritmo a la secuencia de imágenes.

En cuanto a lo que sucede dentro de los cuadritos, se trata de un dibujo bastante clásico, pues la manera de representar a los personajes y a los espacios es muy similar a la de historietas de 20 ó 30 años atrás (por ejemplo, Flash Gordon, aunque sin tanta calidad). Las imágenes están hechas en tinta y existen bloques de color (siempre el mismo, que difiere de un episodio a otro) para resasltar algunas zonas. Cada una de las viñetas sigue reglas clásicas de perspectiva y peso visual, con puntos de fuga únicos, horizontes a la mitad del cuadro, y pocos encuadres o acercamientos que nos sean de frente. No se trata de un dibujo excepcional, sino razonablemente bueno, solamente cumple con su cometido, que es mostrar de manera verosímil a una chica guapa en el espacio.

Por cierto, Barbarella es una mujer tremendamente parecida a la bomba sexual sesentera Brigitte Bardot, con el mismo tipo de cabellera rubia, exuberante y a-gogó, trajes espaciales ajustados (cuando lleva algo de ropa) y botas, no como las de Jane Fonda hasta bien entrado el muslo, sino más bien a la Peter Pan, un poco más arriba del tobillo.

A diferencia de las mujeres que antes que ella habían recorrido el espacio, Barbarella es una mujer de acción, no la acompañante del héroe. Es capaz de liberar a un pueblo oprimido, de manejar armas desconocidas, de caminar por terrenos áridos y de conducir naves espaciales buscando regresar a la Tierra, de seducir príncipes, de enamorar reinas malvadas y de tener orgasmos con un robot... todo con la menor cantidad de ropa posible. Así es, a la menor provocación, la ropa de Barbarella desaparece del lugar de los hechos, ya sea por plantas con instintos malévolos, por astutos planes para distraer enemigos, o por la incontrolable necesidad de sexo que se presenta por lo menos una vez cada dos páginas.

Barbarella es, entonces, una especie de ninfómana sublimada que a pesar de su aparente independencia y liberalidad, necesita de los hombres, pues es incapaz de vivir sin un buen revolcón. Obviamente, no hay hombre, no robot, ni mujer, que se resista a los encantos de esta rubia, que se nos hacen presentesa cada momento. Los labios de Barbarella, los pechos de Barbarella, el vientre de Barbarella, las envidiables piernas de Barbarella, Barbarella en éxtasis después del sexo, Barbarella incitando a alguien a gozar de sus encantos... todos estos fragmentos nos permiten una percepción sensual de lo que ocurre dentro de las viñetas, nos dan un ambiente cargado de sexo que curiosamente es "casi explícito", pues en ningún momento vemos el acto sexual en pleno, aunque los preliminares y los resultados no nos dejen lugar a dudas.

Así, el centro de las aventuras de esta aventurera galáctica es su vida sexual, con los demás problemas como pretexto, pues las armas, las naves y los paisajes no son más que representaciones convencionales de los lugares del espacio que quedan bien con la chica que corre en bikini antes o después, antes y después de tirarse a alguien.

¡¡Bendita revolución sexual que nos dio a Barbarella!! Imágenes tan atractivas como la de una chica semidesnuda apuntando un arma láser se originaron en este cómic que, si bien presenta cualquier cantidad de estereotipos misóginos a la luz del feminismo y / o lo políticamente correcto, es igualmente una joya de la inocencia post-píldora, y un referente anticipado de las correrías de Lara Croft en minishorts, o de los pezones erizados de la teniente Ripley. Así es, estas rudas mujeres podrían considerarse las hijas cada vez más sofisticadas de Barbarella (si la condición de maternidad no fuera incompatible con el rol de encarnación de la lujuria), pues todas ellas corren, patean y seducen para satisfacer, para exaltar las pasiones de los caballeros creadores y lectores/espectadores/jugadores que las admiran y las desean al mismo tiempo que las saben imposibles e inzalcanzables.... y por eso las castigan y las someten a la mayor cantidad de pruebas imaginables, antes de permitirles el triunfo final.... A cuarenta años y unos cuantos meses de la aparición de la rubia de Forest, las cosas no han cambiado mucho.

Fantasía erótica. Sexo intergaláctico. Heroína fanta-erótica. El universo podría acabarse, pero mientras Barbarella comparta sus carnes, mientras Barbarella encuentre un poco de placer, existe la esperanza.... al menos de que la historia siga por algunos años más.

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